miércoles, 21 de mayo de 2014

Palabras en cornetín (1996, 1999)

PALABRAS EN CORNETÍN (1996 - 1999)      


            

"Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora sólo con suerte...
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada
y  hoy esa idea le estremece..."

Peter Handke




N I Ñ O S



Bosque


Se rodea de pequeños ojos
el árbol...
                 Hay niños en el bosque:
están jugando a encontrarse.



Baldío

El niño que  perdió su dios
se hizo amigo de la flor silvestre.
No necesita un  timbre,
no espera que lo llamen
a dormir la siesta... juega
en un terreno baldío.

El niño que perdió su dios
deja migas en surcos
que el viento cierra;
no se impacienta: sueña
que busca.

El niño que perdió su dios
silba un cuento del que es protagonista
mientras lo dibuja en la tierra.




Hilo

El laberinto se distiende:
un niño deja piedritas
para que un dios lo encuentre.




Giros

El niño que trasplanta
leyendas
de un jardín a otro,
aparta las nubes que amenazan
hacer una ronda en torno a su cabeza
y en un caleidoscopio
hace girar la noche.



Incansable

Hay un niño que no se cansa
de jugar con pelos:
algunos lo llaman viento.



Enigma

...busca el anillo
que el viento se llevó,
dibuja
en la arena caracoles vacíos
sin saber que corre tras otro niño
que no deja sombra.




Proximidad del roce

Un puente de arena es la distancia
entre el anillo y el niño,
                                         borde lleno
de expectativa:
el anillo quiere ser descubierto;
el niño lo busca: remueve, escarba
mientras algunos mayores arman
un castillo a su lado.

La orilla es el punto donde se rozan
la sombra del círculo pequeño
con la del comienzo del círculo.

Entre el castillo y el  puente
la distancia es el anillo.

El encuentro es la página
que el niño está aprendiendo a escribir.



La sal

No comprende,
a pesar de que sus ojos
están hechos para recibir la sal,
no comprende por qué
las manos de su madre se alejan,
arrasadas, envueltas
en un irresistible oleaje de silencio,
dejándolo
solo entre caracoles rotos
todavía
              sin recordar...



 ......

¿por qué hay agua en el aljibe?
¿cuántas colas tiene ese caballo?

¿hay manzanas en los precipicios?
los faroles ¿flotan?

¿qué es una mancha?

¿silencio?...



 ......

Cuando el  pozo es un péndulo
¿qué niño abre la ventana?



Los ecos

El niño desatento
abre la ventana,
respira ecos que hieren,
arroja al suelo revistas
que hablan de guerras cotidianas,
recorta palabras que desconoce y corre,
sin el peso de la preocupación,
a mostrarlas.



Plaza

Un subibaja vacío
entre los palos borrachos:
los niños
están en casa
ignorando voluptuosidades
que desfilan por la radio.

                                                                       25 de mayo de 1999





Una bolsita


De cara a la cañada
abren
una bolsita y jalan...
mariposa metálica
la ciudad
les pesa,
los marea y les cobra
el regreso.
                    


 
Bolsa de papas


Dos niños con  risas
afiladas
se hamacan...
Una mujer, de sombra
cada vez más delgada,
mira su muñeca
y relojea.
Todavía es temprano
para pensar en volver a casa
arrastrando la bolsa.





B R O T E S






Más que pocos


Se rodea de pequeños árboles
el ojo...          
               En la ciudad, pocos
lo han advertido.




No todo es pregunta


-¿Adónde empieza el limonero?
-En  el aire -dice un ojo.
-En la tierra -dice el otro.
-El grillo en noches de luna llena, ¿calla?
-Ni siquiera ante la fuerza
del trueno... –dice la oreja.
-El  perfume de una rosa
¿es alma? ¿prolongación de la estrella? ¿eco?...
-Es levedad, ausencia
de pregunta -responde el viento.






Quimeras

Hay un parque donde los hombres
se despojan de huellas digitales
y van al encuentro de quimeras
tanto tiempo negadas.

En ese parque los destinos juegan
a ser abrazo y distancia.





Vista gorda


El ojo que me mira
cuando mira el mundo
se multiplica
atendiendo una necesidad.

   Si el mundo mirado es un ojo,
el ojo que lo mira se descubre
frente a un espejo rodeado de sombrillas
finísimas...
                    Pero si el mundo
mirado es un zapato
de cordones desatados
o una valija que mezcla
cachivaches con joyas,
el ojo multiplicado
(el que me mira y lo mira)
hace la vista gorda
o más gorda la vista
de acuerdo a su necesidad.






Los tréboles


El invierno dicta palabras inconclusas,
sílabas que descargan copos
hacia el  asombro, ese jardín
todavía posible.
La página es un muñeco de nieve
con una zanahoria como nariz;
los viajeros le dejan tréboles
a sus invisibles pies.

Cuando el aullido de los lobos
golpea la luna,
de repente ojos, los tréboles
se abren:
los habitantes de Quimera entibian
esas miradas recientes.
Quienes prestan sus voces al dictado
son los despreocupados,
anónimos paseantes que sugieren
abolir los inútiles refugios de la ciudad,
clausurar las paradas obligatorias,
dejar de esperar los colectivos llenos
de pasado.




Vuelcos


Un tacho de basura se vuelca.

Saquitos de té, cáscaras,
trozos de plato, escarbadientes,
migas con el aroma del rouge,
acompañan
los pasos del mendigo que rueda
   distraído,
                    los pies en su aro:
mitad  payaso,
mitad espera.




Un encuentro en la peatonal


Dice el periodista:
¿para qué
una escalera
una botella, para qué
sube de esa manera el perro
por la escalera
y deja caer la botella?

Como respuesta
el clown lo mira,
le da de comer al perro
y vuelve a poner la botella en su  lugar.







Porque sí


                                                                 "Música  porque sí,
                                                                   música vana
                                                                   como la vana música del grillo..."
                                                                      
                                                                        Conrado Nalé Roxlo


Un  grillo se sienta
en la semilla y mueve
sus patas en el tambor
de tierra:

trueno, agua...

música del aliento,
acaso vana.






Luna


Una pestaña blanca
se mueve en el silencio, testiga
de la noche terrena.

Cuando la miro
te presiento...

Parece una risa
en una cara morena.   
     



Casi una mancha


En el renglón vacío
del mediodía
he puesto un signo
pequeño,
    puerta de poca
pretensión...
    escalón de la posible escalera
hacia tu nombre.


  


Agua lenta
                                                 a Adriana Bailone

Susurra tarde
el viento:
labio color ventana.
Risas de niños,
vísperas de Pascua,
roces…
               una gata se lame
las cuatro tetas
y la doble espalda:
fuente su lengua
navega
la suavidad de su pelo
                 
En una casa alejada
estarás regando,
lenta, tu campana.





Dos árboles


Dos árboles en la noche
al abrigo de la luz
que el silencio expande.
Algo más que viento
los mueve:
tal vez aliento,
tal vez piel.

En uno de los árboles
madura tu nombre.





















 


martes, 17 de diciembre de 2013

EL TEMBLOR DESPOSEÍDO (libro completo)







encendés una casa en lo que no se ve,

donde es más la tormenta
que tu sexo de viento.



..... 


Vivirás

Te clavarás tu sangre

Devolverás un secreto más a la tierra.



 .....


La tierra húmeda de colores que sangran
desprende circulación

                   espaldas,
nucas con aliento a vino.
Una voz me abandona, me abraza
olvida mi nombre, lugar
donde se abre mi casa.

No descansa la pasión.

Distinto duermen
los que bailan sin esperar
mudanzas,
                   odiseas;
sin esperar del desierto
más que fuego,
   espejismo,
   arenas.



.....


Entre el caos y el olimpo
hoy
el filo de mi cara
la risa, lo perdido
Mi piel poblándose
tu cuerpo
lejos
entre el caos y el olimpo
hoy estás, estoy, la tormenta
descansa en mi costado.


.....



Han caído mis días en tímidas encrucijadas:
el amor, la muerte, la mirada.

Ha crecido mi pasión:
al espejo lo destruyo, lo dejo

No es más el eco
                             máscara de la voz.



..... 

I

El polvo no deja vislumbrar lo que el viento
derrumbó: luces, barcos, ciudades
me abandonan, se alejan despoblando
tanta porción de oscuridad que respiro,
queridas imágenes, máscaras que fueron
en otro tiempo rostros.
                                       No… no podrán detenerse
mis manos ante el deseo de acariciar tu soltura,
de prolongar equipajes, de arrancar lo que muere.



II

Polvo que nace,
lluvia que sepulta mis ojos,
advertencia ciega

Mano sin saber

Los diferentes prohibidos
no sabrán de tenerte.



.....

Melancólica fruta
que se desgaja,
me cava

Un cauce de venas,
una palabra dividida
soy,
         viento
en espera…

Miro
el mediodía.



..... 

Me despojo de mi cara
para intentar el fuego,

                     de mis manos
para bailar el árbol,

                      de mi entero
para dejar de creerme:

Me despojo de mis madres,
                       parto…

Por un instante ni sangre
ni nombre ni silencio.




..... 

Me acerco al lugar donde las caras no duran
más que un segundo, donde la sangre se inventa
y la sangre es la risa que muere entre las piedras.
Me acerco al silencio despoblado de nombres, abismo
de agua sin profundidad, alimento de llamas,
alimento de cielo con superficies de aliento.
Voy mirando el deseo del tiempo por la piel
sin saber lo que deja tu cuerpo cuando acaba,
sin saber lo que escondo cuando demoro mi sueño.
Me acerco al escenario donde por fin te encuentro
sacudiendo gastados almohadones de plumas,
despintando las plumas que alguna vez te salvaron.
Voy tocando una luz distinta sin saber
de la noche más que la canción de la noche,
del día más que la mudanza del día.
Me acerco al lugar que nunca descubriré.



.....


Apenas lo toco se disuelve, vive;
apenas lo descubro
se me oculta, muere.
El abrirse del instante en el aliento suspende
disfraces, calles;
en el aliento permanecen apenas lo que dura
la nieve en los párpados.



..... 

Cada gota que miras caer enamorada
de un oculto amarillo,
                                      cada paso que dibuja
en hileras repentinas de agua un abismo:

palabras del otoño caídas al verano…
distinto fuego que baña tu mirada,
tus manos, la distancia,

cada cosa en su temblor desposeído.




..... 

Tu cuerpo,
esa piedra de sangre      
en perpetuo deshielo;
tu cuerpo desata
finales
             Tu cuerpo
devuelve el tibio silencio que respiro
y es apenas comienzo


.....

Ya no soporto un sólo día de fiesta

sin tu guirnalda de fuego.


..... 

Un tajo en la cabeza para que entre la ciudad
y un dragón remolineante  descontrole los techos.
Un tajo en la chalina para que caiga mi cuello
y la medalla del ángel no sea la medalla
del imposible deshielo, del invierno lila.
Un tajo en los ojos para que entre la mirada.
Un tajo en las manos, en la luz, en la sangre.
Un tajo en la ceniza para que el fuego se abra.





..... 

Desmesurada claridad,
desierta como tajo
en la extensa mirada,
me rasguñás con la tinta
vacía del viento.
Tu silencio me apunta;
tu silencio provoca un animal sin piel:
cachetazo de arena,
detonación en la sangre
descalzando mi cara
borrándome   




 ..... 


Fuente donde deshiela
un amarillo grito,
la ciudad

    extraña ese puente
de tu mirada a mis manos,
no apaga el salto
                               del día
a la encendida oscuridad.

Sumergido
laberinto de pasos,
de voces arrugadas,
lo que se va.




  .....

Caos donde tu cuerpo
Caos donde tu anhelo es descanso
Caos donde tu pie es tu hierro
Caos la ciudad estaquea sus puertos
Caos donde el amarillo
Caos donde el brillo de tus ojos decae
Caos me clavas tu primera palabra
Caos me detienes en el último aullido
Caos pétalo
Caos pétalo silencio sueño.



 ..... 

Siendo arena en la sangre
de un animal sin ruidos,
caminé.
                La vertiente de aguas
somnolientas y lilas,
las piedras donde resbala
el ángel Joffiel...

Vi la tarde perderse.
Vi caer calendarios en el momento de verte
cuando atropellaba la sed. 




 .....

Entre la voz que se apaga
y la voz que arde
otra voz asalta
lo sumergido,
                           lo devuelve
como un latido de repente
fuera del pecho.


 .....

Un cruzarse de voces
donde cada silencio es cada sol.
Donde cada grito es el mío.
Donde nada me salva.

Un cruzarse de voces:
arenas que detectan
la espuma de las aves
deslizándose
sin ahogar el color.





  .....

Se retiró al silencio.
No se corrió del sueño.
No descarriló.

A la mañana lo sintieron caminar sin ruidos.



 ..... 

Casi viento
al borde
el hielo en abanicos
se desplegó

surcaron mi rostro
caricias
al borde.




 .....

mi cara
jamás olvido mi cara
desde que estoy aquí
tratando de escribir lo que ya no acontece
Algo puja por hacerse recuerdo
El silencio
me devuelve la imagen
de una cara sin nombre preguntándose cuándo
cuándo
dejaré de verte, rodeada
por la líquida luz

agobiado por dejar
de patear los barcos
no consigo
no consigo
mi cara.





 .....

Comencé con el aire,
ancestral cabello.
De cada círculo bebí
el retorno,
                  piel
dada a la ceniza murmurante
del día.






 .....

la misma letra
movimiento desigual
párpados
en superficies de aire
piel desatada
de fugaces retornos
amarillo en acción
ronda




 .....

Los objetos
en su sitio dislocado
en su instante movedizo
en sus arenas labradas

Las miradas
en fugaces parques tapizados de invierno
en animales y panes
en la hierba gris ardiendo hacia el oeste

Los pasos
adentrándose en el cuarto donde la lámpara arde
cerca de tus manos.
Adentrándose en tu secreto.